¿Otro Dios es Posible?


¿Otro Dios es Posible?

Tal vez la idea parezca descabellada para algunos, incluso hasta sacrílega para otros, pero no deja de ser real, urgente y necesaria.


En un mundo donde la intolerancia religiosa produce día a día millones de muertes, donde los fundamentalismos y legalismos a ultranza, generan odios, divisiones, y desequilibrios psíquicos, consecuencia garrafal de la culpa y la doble moral de muchos y muchas “servidores” de la religión, es indispensable tomarse en serio esta propuesta.


La fe no puede estar desligada de la vida, y nuestra experiencia religiosa, toda nuestra dimensión trascendente, pasa también por nuestra experiencia humana. Nuestra madurez espiritual está intrínsecamente ligada a nuestra madurez humana, y viceversa. Tal como nos vemos a nosotros mismos, así podríamos estar mirando a Dios. ¡Cuántas proyecciones! ¡Cuántos ídolos levantados alrededor de Dios que no son más que fantasmas y asuntos pendientes de nuestro pasado! O tal vez expectativas catastróficas y aún anastróficas de nuestro miedo más fundamental: el miedo a la libertad.


En este Siglo XXI de guerras y hambrunas, de tanta desigualdad y esclavitud a distintos órdenes… Este Siglo XXI de crisis ecológica y política, es realmente banal seguir hablando desde el seno de nuestras Iglesias cristianas, del sexo de los ángeles, o de la concepción inmaculada de la virgen María.
Predicar y defender a capa y espada que María no tuvo más hijos y que permaneció intacta y pura antes y después del parto, mientras afuera, a las puertas del templo, día a día mueren niños de hambre, hombres y mujeres sufren violencia y discriminación por su sexo, condición social, política, sexual y aún religiosa, es una verdadera blasfemia.


Denunciar los atropellos de las clases dominantes, señalar los abusos de poder, exigir justicia… es ser fiel a la palabra de Jesús de Nazaret. Pero es una total incoherencia el exigir respeto y participación, cuando a puertas cerradas, aún se continúa – al menos en la iglesia católica- manteniendo una estructura jerárquica, cerrada, y excluyente.


Hablar de amor y de misericordia, pero anatematizar a las minorías, excomulgar sacerdotes y religiosas por pensar distinto, silenciar a laicos en razón de sus opciones de vida… ¿Se corresponde con el Dios que nos presentó Jesús?


Otro Mundo será posible, cuando descubramos que Otro Dios puede hacerse posible en nuestra tierra… Ese Dios que levanta del polvo al desvalido, que alza de la basura al pobre… ese Dios que Ama la vida, ese Dios que está más allá de cualquier concepción legalista y a la vez más acá de nuestros razonamientos lógicos, metido en nuestra historia, caminando junto a nosotros, ese Dios de fiesta, de baile, del que sólo se puede hablar "con el decir no diciendo", ese Dios que nos da alcance con Alegría y Esperanza, para construir Aquí y Ahora ese Cielo nuevo y esa Tierra nueva que tod@s nos merecemos.

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