La Venida del Rey
La Venida del Rey La ciudad entera está alborotada. Un pandemónium de reporteros ávidos de noticias, de ministros y ministerios, organizándolo todo, dejándolo todo limpiecito , “para que no quede huella de nada”. Agitación en cada esquina de la Metrópoli: gente que va y viene, y todos con el mismo pensamiento en mente: ¡Pronto vendrá el Rey! Sí. Pronto estará acá, entre nosotros. Lo anuncian las grandes vallas publicitarias en cada avenida; es lo que cantan los niños en los coros de las escuelas, iglesias y capellanías. Pronto estará el Rey, y sólo unos pocos privilegiados asistirán al gran banquete oficial. Es la primera vez que el Rey nos visita. No sabemos su carácter, su talante; conocemos de él, sólo de oídas. Pero… Pero… ¡Pero es el Rey! Así que tiene que ser gallardo, magnífico, extraordinario . Como todos aquellos que son sus embajadores en todas las ciudades y poblados de su extenso reino. Tiene que ser especial, único; tal vez algo extravagante, como todos é sos